Cuénteme uno de los ejercicios.
Simplemente paseando a un caballo cogido por una cuerda se ve si la persona es arrogante, individualista, autoritaria, si tiene autoconfianza, miedo, si duda... Los caballos nos leen como un libro. Filmamos el ejercicio y después todo el equipo analiza los comportamientos. Hay líderes que no dan ningún margen al caballo; otros le dan demasiada cuerda.
Pero los empleados no somos caballos.
El arte de liderar es buscar el equilibrio entre control y presencia, dejando margen a la gente para que pueda funcionar. A través del horsecoach se ven los errores de los equipos y sus valores. Previamente hemos realizado un 360º Feedback, de manera que lo racional, el informe que leen, se ve claramente reflejado en lo emocional (tus reacciones con los caballos).
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