"Hasta ese momento sentía zozobra e inquietud. Ahora, al verla allí, quieta, de pié y esperándolo, todo desapareció. Absolutamente todo. Ya no eran más que un hombre y una mujer. Ante la hora de tomar una decisión. Se acercó a ella asomándose a la incertitud de su mirada. Vestía una hermosa bata de seda, de un color azul claro frío, que le llegaba hasta los piés. Su cabello, suelto, se esparcía invadiendo hombros y espalda. Una cascada armoniosa. Sintió cómo llegaba hasta él el poderoso influjo de su aroma.
Una piel de nácar. Sus labios, un abismo".
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